viernes, 26 de febrero de 2010

La base de mi optimismo o como la ciencia va a cambiar el mundo (2ª parte).

Tras debatir con unos amigos mi última entrada, he decidido aclarar algunos puntos para hacerla más comprensible. Antes de leer esta nueva entrada aconsejo leer justo la anterior "La base de mi optimismo o como la ciencia va a cambiar el mundo" para entender su contexto.

Cuando me refiero a que internet genera conocimientos, me refiero a que es un potencial generador de conocimiento y no a que el mismo internet lo sea. El conocimiento lo generamos las personas internamente a partir de la información que recibimos. Por tanto internet en si no es conocimiento sino información esperando a ser procesada por cada uno de nosotros. Aun así también puede albergar nuestro propio conocimiento si dejamos en la red nuestras conclusiones sobre las informaciones recibidas, como sería por ejemplo este blog.

También surgió la pregunta de si el mundo está mejor ahora que hace cien o doscientos años. Para analizarlo debemos evitar usar el termino felicidad, ya que es una idea difícil de evaluar y que nos llevaría a equívocos. Cuantas veces hemos visto personas extremadamente pobres que se declaran felices. Para analizar si el mundo está mejor yo cogería elementos como las tasas de alfabetización, tasas de mortalidad infantil, etc... e intentaría evaluar el sufrimiento de la sociedad. Así, y de forma proporcional, veríamos como los datos no han dejado de mejorar en las últimas décadas aunque queda muchísimo más por hacer. Se comentó que la historia nos muestra que el progreso no es lineal y que muchas son las civilizaciones que han caído. Aun así también la historia nos muestra que aunque el progreso no sea lineal, su tendencia siempre ha sido ascendente, por muy fuerte y larga que fuera la caída.

El pensar que haya unos contenidos mínimos a nivel mundial referidos a la educación de sus ciudadanos, podría ser si se hace con un amplio consenso, una garantía de imparcialidad en los mismos. Al igual que nos hemos dotado de unas normas básicas mínimas, como son por ejemplo la declaración de los derechos humanos, también podríamos contar con unos contenidos mínimos en las diversas asignaturas que se imparten en todos los centros educativos de primaria y secundaria comunes. Eso permitirá hacer test a tiempo real en todos los centros educativos del mundo, lo cual nos dará la oportunidad de comparar y mejorar los niveles de enseñanza de los distintos países y regiones. Internet será considerado un bien de primera necesidad, y las universidades a distancia financiadas por la ONU para los países pobres serán una alternativa que generará riqueza en todos los rincones del planeta.

Además me gustaría aclarar que cuando hablo de pobreza no me refiero al que no llega a fin de mes, sino a los millones de personas que sufren hambre en el mundo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que unos 1500 millones de personas en el mundo sufren de hambre y desnutrición. Acabar con el hambre sería el gran objetivo a conseguir. Estoy seguro que dentro de varias generaciones se verán las muertes de hambre en el mundo actual como hoy vemos las muertes por esclavitud hace quinientos años. Como una vergüenza del pasado.

También decir que lo que describo no es el presente ni un futuro inmediato. Tendrán que pasar una y más probablemente dos generaciones para que, si no ocurre una gran catástrofe, se pueda empezar a ver los resultados.

Ya por último aconsejo leer otras entradas del blog, ya que está última se fundamenta mucho en algunas de las anteriores como "Una nueva democracia", "El verdadero capitalismo" o "Transparencia y concienciación".

Un saludo a todos.
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