miércoles, 22 de junio de 2011

¿Ha muerto el euro?

Pensar que lo peor de la crisis ya ha pasado es como cuando tras la Primera Guerra Mundial se pensó que nada peor podría volver a pasar.

Una vez más la Desunión Europea decide "ayudar" a Grecia con más dinero. Dicha ayuda sería real si no fuera porque la tienen luego que devolver y además con intereses. Además no parece que haya un plan para reactivar la economía y volver al crecimiento. Tampoco dicen que ese dinero que prestan, supone endeudar a personas antes incluso de que lleguen a nacer. Esperan con ello salir del bache durante el tiempo que dura su presidencia y no tiene más valor que la morfina que se le da al moribundo para que sufra menos, confiando en que no muera mientras ellos estén de guardia.

Pero la realidad les supera y ninguno tiene el valor de afrontarla. El proyecto europeo se desmorona y no tenemos ningún dirigente político de peso, con la altura de miras y la valentía suficiente como para decir las verdades y afrontar las auténticas soluciones.

La Europa del euro se construyó mal. El sistema ideado solo funcionaba bien cuando la economía mundial crecía a buen ritmo. En ese caso todos salíamos beneficiados. Los países más pobres mejoraban su nivel de vida y los más ricos lo mejoraban aun más. Pero las diferencias entre unos y otros siempre existieron, y mucho me temo que si hubo ayudas para muchos países, estas fueron usadas para que revertieran en los que ayudaban de una forma u otra, con lo que más que ayuda eran prestamos. Nunca se trabajó con la idea de una crisis mundial que pusiera en riesgo el sistema del euro. Nunca se pensó que algún día el dinero dejaría de fluir como el agua, y que eso dejaría al descubierto todas las miserias de un sistema llamado del "bien estar", pero que en realidad se debería llamar del "mal gastar". Porque un verdadero sistema del "bien estar" en Europa debe basarse en dos elementos fundamentales: la eficiencia y la universalidad. Pero su falta de eficiencia, fruto en la mayoría de los casos de una falta enorme de verdadera transparencia, ha llevado al sistema a ser cada vez menos universal (más de cuatro millones de parados en España).

La única solución es hacer unas macro auditorías a la Desunión Europea. Éstas deberían mostrar qué se ha gastado, donde se ha gastado y quienes se lo han gastado y a su vez, qué se ha ingresado, quienes y donde. Hay que decirles a todos los europeos la verdad y refundar la Unión desde casi sus cimientos, basándonos en la solidaridad, la hermandad y sobre todo la mayor de las transparencias imaginables.

Si como dicen hoy las grandes empresas del continente, Europa se está jugando su futuro, lo que no puede ser es que sean solo los ciudadanos de unos países los que paguen el coste del salvamento. Me temo que dichos ciudadanos se van a negar a ser ellos los únicos que paguen la factura de los grandes derroches de sus políticos y funcionarios corruptos, que se declararían insolventes en caso de juicio, y en cierto modo no les falta razón a estos ciudadanos. ¿Me pregunto si la Desunión Europea no sabía desde hace años de los muchos derroches y debilidades de las economías de su ámbito?. Si fuese así, ¿por qué miró para otro lado?.

Ya para terminar me pregunto si aun estamos a tiempo de parar el colapso de Europa. Quiero pensar que sí, pero a la vista de los dirigentes políticos que tenemos, me temo que el desastre es inevitable. Posiblemente sólo con los primeros muertos por la violencia, que desgraciadamente se acabará generando, se empezarán a dar cuenta de la gravedad de la situación.
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