jueves, 23 de diciembre de 2010

Los peligros de los nacionalismos

"Detesto toda forma de nacionalismo, ideología –o, más bien, religión– provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas, pues convierte en valor supremo, en privilegio moral y ontológico, la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento. Junto con la religión, el nacionalismo ha sido la causa de las peores carnicerías de la historia, como las de las dos guerras mundiales y la sangría actual del Medio Oriente. Nada ha contribuido tanto como el nacionalismo a que América Latina se haya balcanizado, ensangrentado en insensatas contiendas y litigios y derrochado astronómicos recursos en comprar armas en vez de construir escuelas, bibliotecas y hospitales.

No hay que confundir el nacionalismo de orejeras y su rechazo del “otro”, siempre semilla de violencia, con el patriotismo, sentimiento sano y generoso, de amor a la tierra donde uno vio la luz, donde vivieron sus ancestros y se forjaron los primeros sueños, paisaje familiar de geografías, seres queridos y ocurrencias que se convierten en hitos de la memoria y escudos contra la soledad. La patria no son las banderas ni los himnos, ni los discursos apodícticos sobre los héroes emblemáticos, sino un puñado de lugares y personas que pueblan nuestros recuerdos y los tiñen de melancolía, la sensación cálida de que, no importa donde estemos, existe un hogar al que podemos volver."




¿Por qué estas sabias palabras de nuestro querido premio Nobel Vargas Llosa son tan dificiles de entender por tanta gente? ¿No será el nacionalismo una huida hacia adelante de personas sin metas verdaderas en la vida? ¿No será una excusa para encubrir su avaricia?
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miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Julian Assange o el Robin Hood de la información?




Desde siempre la información ha sido poder. Poder para crear, para amar, pero también para invadir, para matar, para tener más poder. Cuando un medio como Internet permite la rápida difusión de información mediante un sitio creíble y rápido, dicho sitio se convierte en el lugar para que los sin poder, aquellos mortales que no son dueños de la información, se conviertan en Robin Hood de la información por un día, haciendo que ésta llegue a todos.

El problema que supone Wikileaks no es que haya un sitio web que difunda información secreta, el verdadero problema es que haya información secreta que de no serlo evitaría injusticias. Lógicamente hay que ponerle freno a la transparencia radical, ya que una transparencia absoluta chocaría con el derecho a la privacidad de cada persona y a veces también con su seguridad. Pero es evidente que un cargo público debe rendir cuentas de sus actuaciones más que el resto de ciudadanos, por la sencilla razón de que trabaja para los ciudadanos y nosotros somos sus acreedores o accionistas.

Cuando desde el poder se usa la información secreta para evitar la justicia, cuando se usa para ocultar la verdad al pueblo, entonces es que algo no funciona. ¿Hace eso necesario un Robin Hood de la información? quizás sí. Ahora bien, eso no quita que lo que realmente sea necesario es más transparencia por ley en todos los estamentos públicos. Y honradez, honradez como generadora de confianza capaz de suplir a veces una carencia de transparencia, virtud que parece haber sido asesinada por la hipocresía de la clase dirigente. De haber muchas más transparencia y honradez probablemente Wikileaks no habría nunca existido.
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domingo, 5 de diciembre de 2010

Propuesta para los partidos políticos y la sociedad civil (7)

Una vez más os dejo una lista de propuestas. A ver qué os parecen.

- Crear una web que centralice la transparencia en todo el estado y en toda Europa. Se podrá ir desde lo más alto (Instituciones Europeas) hasta lo más pequeño (los gastos e ingresos del pueblecito más pequeño de España). Además, lógicamente cada año se auditará toda la información con diferentes auditoras independientes.

- Invertir en la publicidad de la transparencia. Así, todo el mundo debe saber donde puede comprobar los gastos o lo ingresos públicos y qué se hace con sus impuestos.

- Prohibir que los políticos puedan subirse el sueldo ellos mismo. Debe ser un organismo superior el que lo apruebe previo consenso y consulta a los ciudadanos.

- Que la factura informativa se extienda a todo lo público y no solo a la sanidad. Así, debemos saber cuanto tendríamos que pagar para costear una matrícula en la Universidad o el Instituto, etc.

- Que las televisiones públicas sean autosuficientes en cuanto a contenido en ocio (que no en cultura) y hagan público cuanto pagan por sus contenidos y a sus presentadores.

- Incentivar los programas culturales en horario infantil en las televisiones privadas.

- Evaluar el nivel cultural de la nación con encuestas online que tengan un pequeño incentivo fiscal (usando el certificado digital). Crear unos test online a nivel internacional que permitan evaluar el nivel cultural de cada país y región. También se podrán realizar concursos culturales online.
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